Se durmió perdida en el bosque,
bajo el manto acogedor de su luna,
era el preludio de un sueño, y soñó
que elevaba sus manos al cielo,
y un ángel blanco la esperaba con anhelo.
Un te quiero le susurra al oído,
y resbaló una lágrima en su mejilla,
te cuidaré, no llores, te guiaré,
y en su sueño le abraza su madre
como siempre antes lo hacía.
El roble acalla el viento,
no silbes tan fuerte, le reclama...
no despiertes un bello sueño
del sentir de una ternura,
yo le doy mi cobijo,
sueña amor mi bella dama.
No desea despertar,
clama al cielo el sueño eterno,
se fue la luz de su existencia,
corazón quebrado de penas,
y se aferra a ese abrazo,
que le salve del invierno.
sueña amor mi bella dama,
y el roble al viento acalla,
silencioso su alma cobija,
y afligidas mecen sus ramas,
gotas cristalinas resbalan.
Juraría que son lágrimas.
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